Es algo muy común desde que somos pequeños y que normalmente pasa desapercibido. La forma en la que nuestras personas de referencia, ya sean nuestro padres, maestros o iguales, nos tratan va a determinar en gran medida nuestra forma de dirigirnos a nosotros mismos en un futuro. Por eso es tan importante tomar conciencia de cuando alguien nos invalida lo que sentimos.
¿Qué es esto de la invalidación emocional?
Puede entenderse como el acto o conducta de menospreciar, descartar, ignorar o rechazar abierta o enmascaradamente los sentimientos, las emociones y/o los estados afectivos de una persona.
Esta conducta acaba produciendo en la persona la sensación de que lo que sentimos nos es tan importante, es exagerado, inadecuado o simplemente está fuera de lugar.
Existen muchos tipos de invalidación emocional y se puede producir de forma consciente y deliberada como ocurre en algunos casos de manipulación emocional, o por el contrario la persona puede hacerlo sin darse cuenta o realmente con otro propósito mucho más benévolo.
A continuación exponemos algunos de los ejemplos en donde podemos apreciar la presencia de este fenómeno. En un contexto de manipulación emocional aparecen frases del tipo:
“Eres un exagerado”, “Todo te lo tomas a la tremenda” ,“Es que eres muy sensible”, “No te hagas la víctima”, “Es que no se te puede decir nada”, “Es que eres muy negativo”, “Tú no sabes lo que es tener problemas de verdad”.
Por el contrario, a veces la persona no tiene mala intención, incluso pretende animarte pero carece de un buen desarrollo empático. Por ello, te dirá cosas con su mejor intención pero es muy probable que aún nos deje más tocados. Por ejemplo:
“No llores, tienes que ser fuerte por tus hijos”, “Podría ser peor”, “Si yo puedo tú puedes”, “No te rindas, tú puedes con todo” “No deberías pensar así, todo tiene su lado positivo”.
En cualquiera de los tipos, impedimos que la persona acepte como válido lo que siente. Cada persona vive las cosas a su manera y a sus ritmos, y está bien así. Si en lugar de juzgar si lo hacen bien o no, nos sentáramos a escuchar de forma empática y a respetar las emociones del otro, reduciríamos mucho el malestar que experimenta y facilitaríamos la aparición de relaciones más saludables.
¿Te has sentido así alguna vez? ¿Has necesitado saber que alguien es capaz de empatizar con tus emociones, que te comprende y que te apoya? Me encantaría saber tu opinión dejando un comentario.
Ángela Medina Peñalver
Psicóloga General Sanitaria.